Largas horas reducidas a segundos por la magia del lápiz y el papel. En aquellos días me gustaba interpretar las líneas, es por eso que los dibujos están rodeados de mi letra y de la torpeza de mis palabras.
Unas líneas sobre otras y sin saber el significado de ellas. Hombres con cuernos, mujeres con el cuerpo lleno de cuadrículas o escribir sin sentido en este espacio muerto que no soy capaz de llenar con otra cosa. Trazos salen de mis manos sin saber que significan ¿Acaso las líneas de la cara de la mujer son las gafas de oxígeno que ahora se encuentran metidas en el orificio de mi nariz? Quién sabe. (Hospital, 2007).Esta noche en el hospital nos acostamos tres y hemos amanecido dos. Pequeña alma errante, ¿dónde has ido? ¿Dónde tus ojos? Esos ojos grandes y redondos que querían vivir, ¿dónde están? Anoche no querías que te subieran, decías que mejor hoy cuando estuviesen aquí tus hijos. ¿Te has podido despedir de ellos, alma errante? Esta mañana he oído tu voz en la habitación y ya no estabas, ya te habían bajado pero tu voz seguía suspendida en el aire de la habitación.Los platos suenan al son de la música: al sonido de las manos los brazos se agitan mientras los pies permanecen escondidos fuera del papel. La figura central no baila, se queda quieta mirando enfebrecida la nada, la nada absoluta.Silencio sin palabras, dibujos sin palabras, sin sentido. Hora muerta en el hospital al lado de esta mujer que muere a mi lado que agoniza lentamente. Su voz apenas se escucha salir entre las sábanas. ¿Pensabas que saldrías con vida del hospital? Para ella estas letras que no son nada más que rayas. Otra vez para Julia.Las alegrías parecen no permanecer en mi cuerpo. Está claro que la vida llega y se vive pero los días no se amontonan como antes, unos encima de otros. Los días vienen y se van sin dejar un solo espacio lleno. Sé que debo dar gracias por todo lo que tengo, pero…
